Autoestima, responsabilidad y madurez: beneficios de las actividades extraescolares

Las actividades extraescolares repercuten de forma beneficiosa en la salud y el desarrollo de la personalidad y de las aptitudes de los niños. Además, las salidas fuera del colegio ayudan a completar todo lo aprendido dentro del aula, además de a interactuar tanto con el entorno como con sus compañeros.

Las actividades organizadas por los centros fuera del aula son ideales para que los niños socialicen y también para que los más tímidos puedan desenvolverse en entornos más amigables. Además entre los beneficios de las actividades extraescolares están el fomento del respeto, la cooperación, el trabajo en equipo e incluso el desarrollo de los valores deportivos.

Los docentes suelen planificar de forma eventual salidas fuera del colegio o instituto. De esta forma ayudan a fomentar el desarrollo cognitivo y social que los más pequeños necesitan para mejorar sus habilidades psicosociales, como la autoestima o la identidad. Además, con ellas, adquieren habilidades psicoemocionales, mejorando la autopercepción o la seguridad en sí mismos. Pero, ¿qué beneficios podemos encontrar en las actividades extraescolares?

Beneficios de las actividades extraescolares

Los conocimientos teóricos son muy útiles, pero la mejor forma de asentarlos es mostrando a los alumnos su aplicación práctica en el mundo real. Así, poder vivir una experiencia de aprendizaje fuera de clase siempre resulta muy enriquecedor. Conocer la historia de un lugar, visitar un museo, vivir un espectáculo o tramar una aventura. Todos estos planes consiguen que los alumnos estén más felices y motivados. Los profesores pueden aprovechar para convertir cada explicación en algo más interesante.

Fomenta la convivencia

Salir de excursión con los compañeros de clase supone crear un vínculo muy especial en un entorno diferente. Visitar un lugar por primera vez, tener que organizarse, compartir la hora del almuerzo o del trayecto en autobús, comentar lo que están viendo… Todo esto son oportunidades para estrechar lazos con los compañeros de pupitre y la ocasión de acercarse a otros niños con los que habitualmente no se tiene relación.

Impulsa el trabajo en equipo

La convivencia con los compañeros también enseña a los alumnos a vivir una experiencia colaborativa. En muchas excursiones se forman grupos para organizar las visitas. Esto da a los niños la oportunidad de saber manejarse en un equipo, tomar decisiones y convertir esta vivencia en algo enriquecedor.

Descubrir nuevos lugares

Es uno de los objetivos principales de estas excursiones. En estas salidas del aula, los alumnos conocen nuevos lugares, hasta el momento desconocidos para ellos, y que no acostumbran a visitar normalmente, entrando en contacto con una realidad diferente pero que les aportan una visión del mundo muy útil para sus conocimientos. Algo que les ayudará a desenvolverse con habilidad en el futuro.

Consolida la autoestima

Aprender a desenvolverse en nuevos ámbitos y escenarios, con el apoyo de sus responsables y profesores, siempre contando con la compañía de sus amigos, refuerza la autoestima de los alumnos, reforzando su seguridad y motivándoles.

Las excursiones son esenciales para que los niños asienten de forma diferente los conocimientos aprendidos en el aula, y puedan interiorizar estos conocimientos con diversión, curiosidad y de una manera diferente a como lo harían si estuvieran dentro de la clase. Pero, asimismo, asimilarán valores que solo adquirirán fuera, en el entorno natural, como la responsabilidad de estar pendiente en todo momento de sus pertenencias y de acatar las normas impuestas por el docente, la madurez, la seguridad, el comportamiento o incluso el respeto por los demás compañeros.