¿Qué es la educación emocional? Su importancia y beneficios
La inteligencia emocional y la gestión de emociones son valores en alza. En un mundo en el que todo va tan rápido, en el que el estrés es normal en el día a día, aprender a reconocer nuestras emociones y a convivir con ellas, sin dejar que nos superen, es algo imprescindible. Es fundamental también para nuestros niños y niñas. Por eso, hablamos aquí sobre la importancia de la educación emocional en su desarrollo y futuro.
La gestión de emociones no es fácil. Saber identificarlas a tiempo, conocer por qué aparecen en determinadas situaciones y controlarlas para que no nos controlen ellas son aspectos que ayudan a enfrentarnos al día a día. Y más en un tiempo tan estresante como el que vivimos actualmente. Sin embargo, la educación emocional es algo a lo que se ha empezado a dar importancia hace relativamente poco tiempo.
No es algo que entrara en los planes de estudios, ni había mucha información al alcance de familias y educadores. Es ahora cuando la inteligencia emocional se tiene en cuenta como un valor más para el desarrollo personal y profesional. Cuando se habla de educación emocional por los beneficios que aporta a nuestro bienestar.
Nosotros nos acercamos a ella en estas líneas para explicar qué es y qué beneficios aporta al desarrollo de nuestros niños y niñas.
Competencias emocionales y sus beneficios
La definición más utilizada sobre educación emocional es la de los docentes e investigadores de la Universidad de Barcelona, Bisquerra y Pérez. «Educación emocional es un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo de las competencias emocionales como elemento esencial del desarrollo humano, con objeto de capacitarle para la vida y con la finalidad de aumentar el bienestar personal y social «.
En definitiva, para saber enfrentarnos a las dificultades y retos de la vida, necesitamos capacidades y habilidades que van más allá del cociente intelectual, la lógica o la racionalidad. Necesitamos también de competencias que nos ayuden a gestionar lo que sentimos, para tomar las mejores decisiones posibles.
Porque las emociones están ahí e influyen en nuestra vida más de lo que pensamos. La alegría, la tristeza, la ira, el miedo o el asco condicionan aspectos como la forma de relacionarnos con los demás o qué, por qué y cuándo compramos algo.
No son ni buenas ni malas. Están presentes en nosotros y nos empujan a movernos en una u otra dirección. Por eso, aprender a identificarlas en nosotros y en los demás (empatía), a gestionarlas de forma equilibrada y a no dejarnos controlar por ellas son competencias que, junto a la capacidad de relación con nuestro entorno y la de tener una visión positiva del mismo, contribuyen a sentirnos bien con nosotros y lo que nos rodea, además de a desarrollar todo nuestro potencial.
Educación emocional infantil
Teniendo en cuenta esto, queda clara la necesidad de la educación emocional para el desarrollo de las competencias emocionales en niños y niñas. De ahí, que nos centremos ahora en cómo llevarla a cabo.
Te dejamos algunas ideas para fomentarla tanto en el colegio, como en casa:
- Hablar con ellos de lo que sienten cuando están tristes, contentos o se enfadan. Para que vean por qué ha pasado y cómo enfrentarse a ello.
- Leer con ellos cuentos y libros que hablan de las emociones, no sólo en los niños, sino en los adultos que tienen al lado. Algunos ejemplos son el conocido «El Monstruo de Colores», de Anna Llenas y el menos famoso, «A veces mamá tiene truenos en la cabeza» de Bea Taboada. Ayudan a comprender las emociones y a empatizar con los demás.
- Hacer ejercicios de empatía para que aprendan a identificar lo que sienten los demás. Por ejemplo, preguntando qué le ha podido pasar a algún amigo de clase cuando ha llorado. O invitándolos a que se acerquen a otros niños si creen que están tristes.
- Realizar actividades en grupo que fomentan valores. Actividades en las que se trabaja la colaboración, el sentimiento de pertenencia, la unión, la comprensión, la comunicación positiva y la reflexión.
- Y, sobre todo, mucha demostración de cariño y cercanía. Mucha educación en positivo.
¿Algún otro consejo, idea o herramienta que crees que puede ser útil?
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